
La casa ambientada cual trattoria de lujo, nos recibió con reproducciones de cuadros de pintores italianos famosos, un mortero artesanal y detalles de ambientación musical y fotográfica, incluyendo la música marroquí para presentar los toques del país invitado.
La presentación de los platos fue muy buena, así como el logro de la fusión en las producciones.
Muy divertido el "cuoco" Gerardo que con su bigote recordaba a un personaje de video juego devenido cartoon...
En la entrada estuvimos en presencia de un digno hijo de un marroquí y una italiana (por lo bien armonizadas las dos nacionalidades en el plato).

* Batinjaan zalud (delicioso medallon de melanzatre tomate y aceituna )
* Insalata (carota, lattuga di capuchina, olivas)
El principal fue muy bueno: penne rigatte al fileto o al pesto. Aunque me hubiese gustado el animarnos a una salsa más picante más arrabiata.

(En la foto Nika y Andre con Tadeo)
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